La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció lo que calificó como una “conspiración criminal” orientada a provocar un golpe electoral, y ordenó una investigación inmediata sobre posibles implicaciones de miembros activos de las Fuerzas Armadas.
En un mensaje oficial, la mandataria sostuvo que los mismos grupos que protagonizaron el golpe de Estado en 2009 y los presuntos fraudes de 2013 y 2017 están intentando nuevamente alterar la voluntad popular. Castro instruyó al canciller Enrique Reina a denunciar los hechos ante la comunidad internacional, señalando que representan una amenaza directa contra la democracia hondureña.
El pronunciamiento se da tras la filtración de audios en los que supuestamente se escucha a la consejera electoral opositora Cossette López y otros actores políticos discutiendo estrategias para “responder” a resultados electorales. El fiscal general, Johel Zelaya, —aliado político de Castro— calificó estas conversaciones como “una conspiración criminal”, sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado de manera independiente la autenticidad de las grabaciones.
Analistas consideran que el anuncio de la presidenta podría tener también un trasfondo político en medio del tenso ambiente preelectoral que vive Honduras. Aunque el gobierno insiste en que se trata de una amenaza real, sectores opositores lo interpretan como un intento de intimidación o de control sobre el proceso electoral.
Castro aseguró que defenderá “la democracia y la voluntad ciudadana con toda la fuerza de la ley”, garantizando elecciones libres, paz social y respeto al orden constitucional. La situación mantiene en alerta a la comunidad internacional y eleva la tensión a pocos meses de los comicios.
