Bilbao se colmó de fanáticos ingleses por todas sus calles, tantos de Tottenham vestidos de blanco, como los del Manchester que llevaron el rojo en las calles de la ciudad española. Ambos tuvieron un pésimo desempeño en el marco doméstico, ya que la Premier League los tiene 16° y 17° respectivamente a falta de una fecha para el cierre. Distinto fue el recorrido en este torneo internacional que los encontró en la gran final disputada en el San Mamés, la casa del Athletic Club.
El juego estuvo dominado por los nervios de ambos conjuntos y esto hizo que el partido no sea vistoso. Las primeras dos acciones de peligro fueron en favor de Tottenham: A los 8’ Pedro Porro mandó un clínico centro al segundo poste para la llegada de Richarlison pero Mazraoui despejó al córner. Segundos después un pésimo rechazo de Maguire le dejó la redonda a Solanke para que el delantero entre al área para luego rematar poniendo a trabajar a Onana.
La respuesta de los “red devils” cayó a los 15’ cuando Amad Diallo se hizo de la bocha dentro del área tras un córner y el zurdo engaño a todos perfilándose para su derecha sacando así un potente disparo que se fue rozando el segundo palo. De haber tenido un mínimo toque, aquel balón hubiera terminado dentro del arco de Vicario.
El marcador sufrió su primera y única modificación a los 40’ cuando Sarr envió centro al área a la altura del punto penal en donde Brennan Johnson le ganó el duelo a Luke Shaw y un rebote en el defensor inglés puso la pelota a besar la red en el mismo arco donde estaba la fanaticada del Tottenham que deliró tras la ventaja conseguida.
La poca fluidez en el juego del United se volvió aún más notoria después de quedar en desventaja ya que a las pocas ideas de los de Amorim se le sumó la desesperación por buscar la igualdad. A través de centros era que buscaba volver a poner el score igualado y eran todos despejados por Cuti Romero y compañía, menos el que a los 67’ Vicario quiso salir a cortar pero al portero italiano la pelota se le resbaló entre las manos dejándosela servida a Hojlund que cabeceo con el arco vacío pero el que despejó con una volea espectacular en la línea de gol fue Van de Ven.
Para suerte del mismo Vicario y de los suyos, el goalkeeper de Italia se pudo redimir de aquel error siendo clave en dos nuevas situaciones en favor del Manchester, porque le sacó el empate a Garnacho tras un gran disparo del argentino y a los 95’ un cabezazo de Luke Shaw también lo tuvo al número uno muy rápido de reflejos para despejar aquel testazo.
Ya sin más tiempo por jugar el pitazo final decretó el triunfo de Tottenham que cortó una increíble sequía de 17 años sin poder ser campeón de ninguna competencia tanto en el plano local como internacional. Es el tercer título de Europa League para el conjunto de Londres que con esta consagración se clasificó a la próxima Champions League.
