Killmar Ábrego, de origen salvadoreño, fue detenido nuevamente en Estados Unidos y enfrenta un proceso de deportación hacia Uganda, país que recientemente aceptó recibir a ciertos migrantes expulsados por la nación norteamericana. Su caso resurgió tras ser liberado por orden de un juez y luego entregarse a las autoridades migratorias en Maryland.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, declaró que el presidente Donald Trump no permitirá que Ábrego continúe en territorio estadounidense. “El presidente Trump no va a permitir que este inmigrante ilegal, que es miembro de la pandilla MS-13, traficante de personas, abusador doméstico serial y depredador infantil, siga aterrorizando a los ciudadanos estadounidenses”, afirmó la funcionaria.
De acuerdo con autoridades migratorias, Ábrego rechazó un acuerdo para ser trasladado a Costa Rica a cambio de declararse culpable por cargos de tráfico de personas, por lo que se prepara su deportación hacia Uganda. La administración Trump sostiene que este tipo de acciones forman parte de su compromiso de fortalecer la seguridad nacional y proteger a la población de individuos ligados a estructuras criminales.