Ozzy Osbourne, considerado una de las figuras más influyentes en la historia del rock, falleció a los 76 años de edad, semanas después de ofrecer un emotivo concierto de despedida que marcó el cierre de su carrera musical.
Conocido como el “Príncipe de las Tinieblas”, Osbourne alcanzó fama mundial como vocalista de Black Sabbath, banda pionera del heavy metal, y consolidó una carrera en solitario que dejó una huella profunda en la cultura musical contemporánea.
Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, fanáticos del artista colocaron arreglos florales e imágenes en el puente de Black Sabbath, ubicado en Birmingham, Inglaterra, ciudad natal del músico.
Además, numerosos seguidores se han congregado en el Paseo de la Fama de Hollywood, en Estados Unidos, donde también han dejado mensajes y objetos conmemorativos en la estrella que lleva su nombre.
En los últimos años, Osbourne fue objeto de estudios médicos por su inusual resistencia a los efectos del alcohol y las drogas. Investigadores británicos revelaron que su ADN presenta mutaciones genéticas poco comunes, lo que habría influido en su capacidad de sobrevivir a décadas de excesos.
El caso fue calificado como “único” por científicos especializados en genómica, quienes destacaron la importancia de estos hallazgos para futuras investigaciones sobre el vínculo entre genética y salud mental.
Ozzy Osbourne deja un legado musical inigualable y una legión de seguidores que continúan celebrando su vida, su música y su influencia en el mundo del rock.