Lizbeth Eunices Orellana, pasajera del bus de la ruta 301 que cayó en un barranco en Quebrada Seca, murió esta mañana en un hospital de San Salvador debido a la gravedad de sus lesiones.
Las autoridades confirmaron que el conductor del autobús manejaba bajo los efectos de sustancias ilícitas al momento del siniestro. Orellana deja en la orfandad a tres hijos, uno de ellos con autismo.
El siniestro ocurrió el pasado sábado, cuando el bus de la ruta 301 se precipitó a un barranco antes de llegar al puente de Quebrada Seca, dejando un saldo de 29 lesionados. Con el fallecimiento de Orellana, el número de víctimas mortales aumenta a dos.
Ante la peligrosidad de la zona, el Ministerio de Obras Públicas anunció la instalación de cámaras en el caserío Quebrada Seca, en Apastepeque, San Vicente, con el objetivo de regular la velocidad de los vehículos y reducir la posibilidad de nuevos accidentes.
El titular de la cartera de Estado, Romeo Rodríguez, informó el lunes que además de la instalación de las cámaras, se reforzará la seguridad vial con la colocación de barandales de protección. «Si bien había señalización, vamos a garantizar colocar barandales de protección y de igual manera vamos a instalar cámaras para identificar velocidades», declaró el funcionario.
Por este hecho, el conductor enfrentará un proceso penal, mientras que a la empresa propietaria del autobús accidentado se le inició un procedimiento administrativo sancionatorio.