La Cofradía de las Flores y las Palmas fue inscrita como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por UNESCO, un reconocimiento histórico que coloca a El Salvador en la agenda cultural mundial. La decisión se anunció este martes durante la reunión del Comité Intergubernamental, donde se destacó el valor espiritual, comunitario y simbólico de esta tradición ancestral.
La canciller salvadoreña, Alexandra Hill Tinoco, afirmó que esta inscripción confirma el avance del país en espacios multilaterales: «Nuestro trabajo en diplomacia cultural continúa posicionando a El Salvador en escenarios internacionales. Esta declaratoria es un logro de la Cancillería, de nuestra Embajada en Francia y de la Delegación Permanente ante la UNESCO, junto con el Ministerio de Cultura», señaló.
Según la descripción oficial de UNESCO, la Cofradía es una celebración que fusiona creencias indígenas con prácticas católicas, y coincide con el inicio de la temporada de lluvias y las cosechas. Su característica principal es una procesión de palmas decoradas con flores silvestres, acompañada de danzas tradicionales, música, oraciones y alimentos preparados con arroz, maíz, cacao y hierbas.
La festividad también destaca por la participación de niños que visten trajes tradicionales confeccionados con telas tejidas a mano y que portan imágenes de la Virgen. La organización comunitaria es clave: la estructura incluye figuras como la Teta (autoridad máxima), los Priostes (organizadores elegidos) y numerosos voluntarios que apoyan tareas religiosas, culinarias y artísticas.
Los conocimientos asociados a esta tradición —técnicas artesanales, tradiciones orales, movimientos de danza y uso de flores silvestres— se transmiten de manera informal dentro de las familias y comunidades, fortaleciendo la identidad local.
La declaración de la Cofradía como patrimonio mundial representa un hito para El Salvador y un reconocimiento a la resiliencia, unidad y sentido de identidad de las comunidades que la han preservado por generaciones.
