Como parte de los esfuerzos y el interés del Gobierno de El Salvador para la implementación de ciudades inteligentes en el país, un grupo de funcionarios públicos se encuentran en la República Popular China para ampliar conocimientos y capacidades que permitan profundizar en ese campo, así como impulsar acciones enfocadas en este concepto de desarrollo urbano.
Las ciudades inteligentes son propuestas que le apuntan al uso de la tecnología para mejorar la calidad de vida de la población, optimizando la eficiencia de sus servicios y recursos en áreas como la infraestructura, el transporte, energía, sanidad, entre otras.
Bajo esta visión, y con el apoyo y cooperación de China, la delegación salvadoreña participa en un seminario especializado en la construcción de este tipo de espacios, impartido por la Academia para Funcionarios Internacionales de Negocios (AIBO) del Ministerio de Comercio de dicha nación.
“El futuro no espera. Las ciudades inteligentes no son una opción lejana, son una necesidad del presente. Este seminario es una oportunidad para transformar el conocimiento en acción y el liderazgo en soluciones concretas para nuestras ciudades”, expresó el embajador de El Salvador en ese destino, Luis López, durante el inicio de actividades, que continuarán por poco más de dos semanas.
En este período, los 30 participantes que conforman el grupo ampliarán el panorama y aprenderán más sobre gobernanza urbana, movilidad sostenible, transformación digital, uso de datos e inteligencia artificial y planificación urbana inteligente.
A partir de esto, se proyectan iniciativas reales de transformación urbana, desde un enfoque de desarrollo acorde a la visión nacional de una planificación moderna, la innovación pública y la calidad de vida de la población
“La experiencia china en construcción de ciudades inteligentes será una valiosa fuente de inspiración para diseñar soluciones a los desafíos urbanos actuales en El Salvador”, agregó el representante diplomático.
De igual forma, el embajador López indicó que este respaldo es una nueva muestra de los sólidos lazos de amistad y cooperación que mantienen El Salvador y China, así como el objetivo común de innovación y desarrollo en beneficio de la población.
