El tres de febrero de 2019 marcó un hito en la política salvadoreña, las elecciones presidenciales marcaron un antes y un después para los partidos tradicionales que se vieron aplastados ante la inminente victoria de Nayib Bukele.
Durante 30 años, los partidos ARENA y FMLN se turnaron para hacerse del poder y lactar del Estado, ignorando las necesidades más básicas de los salvadoreños que clamaban por un Gobierno que estuviera del lado de la gente.
Con una votación del 53%, Nayib Bukele ascendió a la presidencia dando inicio a una nueva era en El Salvador. A cuatro años de la hecatombe para los partidos tradicionales, ninguno de ellos logra convencer a los salvadoreños de ser una opción para el futuro del país.
Las encuestas de opinión (aun la de medios e instituciones afines) reflejan que tanto ARENA como el FMLN no cuentan con el apoyo popular y se mantienen con porcentajes muy por debajo del partido Nuevas Ideas.
El 2019 significó la muerte política de estos partidos que se han aliado para atacar todo aquello que venga del Gobierno en favor de la población.