Tras la reciente prohibición del mal llamado “lenguaje inclusivo” en todos los centros educativos públicos del país, varias voces críticas han cuestionado la medida implementada por la ministra de Educación, Karla Trigueros.
La analista política Bessy Ríos aseguró que las nuevas disposiciones “no mejoran en nada” el sistema educativo, y cuestionó la capacidad de la medida para fortalecer el conocimiento y discernimiento de los estudiantes: “Estratégicamente, ¿en qué mejora el sistema educativo, qué capacidades de discernimiento o de conocimiento mejoran estas cosas? No mejoran en nada”, indicó Ríos.
Por su parte, el analista Marvin Aguilar expresó que la ministra limitaría tradiciones locales: “La ministra de Educación es tan campeona, al rato nos prohíbe a los migueleños usar la J, ya no vamos a poder decir ‘Jan Miguel’, ni ‘las jonce’”.
La abogada Bethy Arana pidió incluso que se restrinja al Presidente Bukele “hablar en inglés”, comparando esta petición con la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas: “Así como la ministra se ha plantado para prohibir el lenguaje inclusivo, yo le pido que también le prohíba al Presidente hablarnos en inglés”, dijo Arana.
Gobierno defiende la medida como protección a la niñez
El presidente Nayib Bukele reafirmó su decisión y afirmó que la prohibición busca proteger a la Primera Infancia, niñez y adolescencia de injerencias ideológicas que puedan afectar su desarrollo integral. La ministra de Educación subrayó: “Con esta medida protegemos a la niñez y adolescencia de expresiones que distorsionan el aprendizaje del idioma y su formación académica”.
Según el Gobierno, las críticas representan posturas que se oponen al fortalecimiento de la educación pública y al uso correcto del idioma en beneficio de las futuras generaciones.