Llevamos años advirtiendo de la peligrosidad de lo que está aconteciendo ahora; en todos los foros internacionales, en Naciones Unidas, en nuestras reuniones bilaterales, la situación era insostenible, 75 años de ocupación con todo lo que lleva la palabra ocupación de injusticia, 17 años de bloqueo a la franja de Gaza, donde 2 millones de almas viven en una cárcel, muertes, incursiones, asentamientos ilegales, judaización de Palestina, «apartheid», represión y todos los tipos de atrocidades que uno puede imaginar. Este es el contexto general de la situación en Palestina en los últimos tiempos.
Esto no empezó el sábado 7 de octubre, hay que centrarse y analizar la raíz del problema y solucionarlo, si no lo hacemos así, esto volverá a suceder una y muchas veces más.
El fin de la ocupación es la solución, la vía pacífica es el camino y no los bloqueos, asesinatos y el «apartheid». Este año se cumplen 30 años de los moribundos Acuerdos de Oslo, que Israel mató con su intransigencia y arrogancia, llegaron a creer que estaban por encima de la ley y de los demás, pero cualquier pueblo que está bajo ocupación tiene derecho a resistir y defenderse.
Nadie ha sufrido más violencia y muertes que nosotros, nadie en absoluto, vuelvan a los archivos, esta es la sexta guerra que sufre Gaza en 15 años, con miles de muertos y más heridos, aparte de la destrucción de casas e infraestructuras, colegios, mezquitas, iglesias y hospitales que son atacados a menudo por las sofisticadas maquinarias militares israelíes, y el resultado es lo que estamos viendo ahora, odio, venganza, ira y muertes, la mayoría inocentes.
La ocupación es el cáncer que sufrimos desde hace 75 años, nuestro pueblo nunca ha visto la libertad. ¿Acaso esto es justo? Y el otro gran problema es la hipocresía y la complicidad de lo que se llama comunidad internacional. En el conflicto Rusia-Ucrania se han tomado sanciones desde el primer día, aparte de la ayuda militar y financiera a los ucranianos para luchar; cuando Irak ocupó Kuwait se formó en una semana una coalición de 42 países y liberó a Kuwait. Nosotros llevamos 75 años ocupados, nos preguntamos entonces ¿hay doble derecho internacional?
Es el momento de la diplomacia, de la política valiente, y no de la muerte, bloqueos y bombardeos que solo llevan a fortalecer a los extremistas y a más sufrimiento.
En el discurso de nuestro presidente Abbas, hace pocos días en la Asamblea General de las Naciones Unidas, reiteró su demanda a una solución justa y duradera a este conflicto, y advirtió de las consecuencias de la continuación de la ocupación, sin embargo, el primer ministro Netanyahu exhibió un mapa de la región que negaba la existencia de Palestina, el mismo lenguaje que utiliza su radical gabinete nutrido de extremistas.
Lo único que pedimos es el fin de la ocupación y nuestra autodeterminación, ser vecinos de Israel y no ser ocupados por Israel, ¿acaso esto es difícil?