Con el objetivo de luchar en contra del delito de la pedofilia en el que caen algunos sacerdotes Católicos, el Papa Francisco, se ha visto obligado a «reforzar» los castigos y ha exigir que se denuncien los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia.
Entre las reformas a la Ley del Estado Vaticano, para la lucha contra la pedofilia y el abuso sexual, está la de denunciar oficialmente ante la justicia los casos de abusos sexuales cuando se tenga conocimiento de ellos.
Levantar el estatuto de limitaciones para reportar crímenes de hasta cuatro años después de que el crimen haya sido cometido y ahora será de hasta 20 años desde el cumpleaños 18 de la víctima.
A quien se le declare culpable de tal delito se deberá despedir automáticamente del cargo (como empleado del Estado de la Ciudad del Vaticano). Si el empleado es un sacerdote, entonces las leyes de la Iglesia también se promulgarán para tratar los aspectos canónicos.
Y además el candidato para trabajar en Ciudad del Vaticano deberá someterse a investigación previa para comprobar ningún vínculo con el delito de Pedofilia o Abuso Sexual en menor.