Las esperanzas de la selección nacional de El Salvador rumbo al Mundial de Norteamérica 2026 penden de un hilo. La derrota 0-1 ante Panamá, el pasado viernes en el estadio Cuscatlán, dejó al conjunto dirigido por Hernán “El Bolillo” Gómez en la tercera posición del grupo A de la eliminatoria de Concacaf, con apenas tres puntos tras tres jornadas disputadas.
El tanto panameño, convertido por José Fajardo al minuto 55, marcó la diferencia en un encuentro en el que los salvadoreños no lograron concretar sus opciones ofensivas. Con este resultado, Panamá alcanzó los cinco puntos y comparte el liderato con Surinam, mientras que Guatemala, tras empatar 1-1 en Paramaribo, ocupa el último lugar con dos unidades.
Según proyecciones realizadas por medios especializados como El Gráfico y Fútbol Centroamérica, El Salvador aún conserva posibilidades matemáticas de clasificación, aunque reducidas. Para mantener opciones reales, la Selecta deberá ganar sus dos partidos restantes: ante Guatemala en el Cuscatlán (14 de octubre) y contra Surinam como visitante. Esto le permitiría alcanzar nueve puntos, cifra que lo pondría en competencia directa por el primer lugar o por uno de los dos cupos de repechaje disponibles para los mejores segundos lugares de los grupos.
Sin embargo, la clasificación no depende únicamente del rendimiento salvadoreño. El combinado nacional necesita además que Panamá o Surinam pierdan puntos en sus próximos compromisos. En caso de empates o una nueva derrota, El Salvador quedaría prácticamente eliminado del camino al Mundial 2026.
El formato actual de la eliminatoria establece que solo el primer lugar de cada grupo avanza directamente al Mundial, mientras que los dos mejores segundos accederán a una ronda de repechaje intercontinental. En ese escenario, los tres puntos obtenidos ante Guatemala en la segunda fecha mantienen con vida a los salvadoreños, pero la derrota en casa ante Panamá los obliga a ganar todo lo que resta.
El próximo martes, a las 20:00 (hora local), El Salvador disputará en el Cuscatlán un duelo decisivo ante Guatemala, que también llega con urgencias. Para ambas selecciones, el encuentro será una auténtica final: el ganador seguirá soñando con el Mundial; el perdedor quedará sin opciones.