El Presidente Nayib Bukele cerrará este año con los más altos niveles de aprobación nacional e internacional, gracias a los resultados de sus estrategias de trabajo para dirigir al país por el camino del desarrollo.
El Centro de Investigaciones y Estudios Sociales y Económicos (CIESCA) publicó que el 94.9 % de la población aprueba el trabajo del Presidente Bukele en el transcurso de 2022. En comparación con junio del mismo año, es un incremento.
Además, es la nota más alta que le han otorgado los salvadoreños hasta la fecha. En el resto de las mediciones, a cargo de otras entidades investigadoras –incluyendo las plegadas a la oposición– hay una valoración positiva del Mandatario por parte de, al menos, las tres cuartas partes de los encuestados.
Este respaldo que da la población responde a los resultados que generan las estrategias del Gobierno y que no se habían visto en décadas.
Por ejemplo, El Salvador se mantuvo durante años en la lista de los países más peligrosos del mundo, debido a la tasa de homicidios. Esto afectaba el turismo, la inversión y la iniciativa para emprender y generar empleos.
Ahora, con el Plan Control Territorial, la tasa de homicidios bajó a 10 por cada 100,000 habitantes y así el país se convirtió en el más seguro de América Latina. Después de tener 40 o 50 asesinatos en un día, durante los pasados gobiernos, el país lleva más de 200 días con cero homicidios: el periodo más seguro de la historia.
El Gobierno intensificó las actividades de combate a la criminalidad en marzo de este año, cuando los terroristas trataron de amedrentar a las autoridades. El Presidente Bukele dirigió la estrategia para debilitar estas estructuras y recuperar los territorios a favor de la población honrada.
Este año, también, el Presidente promovió medidas económicas para proteger a los consumidores de la inflación mundial. Los precios de los combustibles y del gas propano se han mantenido fijos durante nueve meses, con una serie de subsidios, lo que trajo un efecto de alivio en los hogares.
Además de atender las situaciones críticas, el Gobierno ha logrado entregar obras que tienen un carácter más planificado y estratégico; por ejemplo, la innovación en el sistema público de educación, el aumento en la generación de energías renovables o las políticas para estimular la creación de empleos.