El partido ARENA está marcado por tener en sus filas a los fundadores o financistas de los escuadrones de la muerte; un grupo armado, que torturó, desapareció y asesinó a personas que pensaran distinto a ellos entre los años 1979 a 1991.
Según investigaciones, el fundador de los escuadrones de la muerte fue también el fundador del partido ARENA, Roberto D’Aubuisson.
Los escuadrones actuaban desde la clandestinidad con ayuda del Estado para facilitar su movilidad y garantizar la impunidad para realizar crímenes que marcaron la historia del país.
Entre los asesinatos que realizaron estos grupos, están los del ahora santo de la Iglesia Católica, San Oscar Arnulfo Romero. También, en su lista está, otro que podría ser declarado santo, el sacerdote jesuita, Rutilio Grande.
Los escuadrones de la muerte tienen un historial de impunidad y cargan con la desaparición de muchas personas que criticaban al gobierno de turno, exigieran justicia o pensaran distinto a la ideología en el poder.
Sin embargo, el partido ARENA aun no supera esta etapa de su historia en querer eliminar a todas las personas que no piensen como ellos, a las personas que les critican o denuncien su pasado corrupto.
En esta semana han ocurrido dos casos que fundamentan este señalamiento de la intolerancia de dicho partido político: ARENA demandó a la Presidencia de la Republica por publicar un spot publicitario en donde se señala la corrupción del pasado de sus expresidentes desde Alfredo Cristiani hasta el ex presidente Salvador Sánchez Cerén.
Otro de los casos, es la solicitud del diputado de ARENA, Alberto Romero, en querer castigar de hasta 15 años de cárcel para toda persona que llegara a cuestionar a algún diputado en la calle.
No hay duda que estas dos acciones demuestran la intolerancia del partido a las críticas y a los señalamientos, y también está claro que, si estuvieran en el poder, realizarían más acciones en contra de la ciudadanía para eliminar a los que piensan distintos.
Por el bien del país y de la democracia, este partido perdió el control de todos los órganos del Estado. El pueblo salvadoreño los castigó y los seguirá castigando por todo lo que hicieron y sigue haciendo en contra de las mayorías.
A pesar de que en el partido se han incorporado nuevas caras que no están vinculados directamente con el pasado del partido, está claro que mantienen la misma mentalidad de los fundadores escuadroneros.
Sin embargo, la gente tiene que tener muy en cuenta el pasado de los partidos y no olvidar de lo que son capaces de hacer, en el caso de que se les vuelva a dar el poder absoluto.